Renunciar también es de valientes
Cada elección importa y trae consecuencias. Al igual que la respiración, la elección también es una buena forma de anclarse al momento presente. Mientras estemos vivos podemos elegir y cada día tenemos la oportunidad de realizar muchas y nuevas elecciones. ¿Estamos tomando las adecuadas?
Quizás por el sistema capitalista, quizás por nuestro gen egoísta, quizás porque no somos conscientes de la importancia de equilibrar los sistemas generalmente damos mucha importancia a aquellas elecciones enfocadas en crecer, enfocadas en conseguir más. Por otro lado solemos dar poca importancia a aquellas elecciones que consisten en no hacer nada, en aceptar las circunstancias tal y como vienen (lo cual también es una elección) o aquellas que consisten en hacer menos. Esas elecciones generalmente están denostadas incluso nos sentimos mal con nosotros mismos si las tomamos. No solemos valorar al que recoge, al que ordena, al que tira, al que reduce… Son como tareas menores, como profesiones menores. Puede que si viviéramos al revés como Benjamin Button aprendiéramos y diéramos más importancia a estas elecciones.
Los antiguos taoístas decían que si no puedes avanzar una pulgada, retrocede un pie. El pensamiento sistémico da mucha importancia a los elementos compensadores de un sistema. Aquellos elementos que contrarrestan las fuerzas del sistema para mantenerlo viable. Tan importante es hacer como no hacer o incluso algunos dirían que es más difícil quitar que poner. La clave estaría en encontrar ese difícil equilibrio entre hacer y no hacer, crecer y decrecer (quizás crecer en alguna cosas y decrecer en otras), etc.
Menos mal que todavía hay espacios dentro del humor, del arte, de prácticas antiguas y demás que nos recuerdan de la importancia de elogiar el aburrimiento, de detener las fluctuaciones de la mente, de buscar y preservar espacios para la promesa no definidos a priori, de dejar huecos para los alientos vitales y poder hablar de la nada pero con exactitud.
Estamos en un momento complicado, crisis económica y un virus que está aquí aunque algunos digan que no. Además por mucho poder mental que tengamos no conseguimos sanarnos. El Secreto y el Sueño Americano no siempre funcionan 😉 Quizás sea un buen momento para no hacer, para aceptar, para reducir, para ordenar, para simplificar, para quitar capas a la cebolla y ser más consciente de nuestras limitaciones, como personas, como empresas, como sociedades, como especie… Aunque sea el sueño de cualquier economista los sistemas no siempre crecen y crecen. Ya lo escribió Jerry Maguire jajaja
Ordenadores, casas, trasteros llenos, obesidad, ansiedad, niños hiperactivos, lista de tareas infinitas, miles de seguidores/amigos en las redes, demasiados ejemplos de más y más… Y si en año nuevo en lugar de recibir más cosas o tener más deseos lo hiciéramos al revés. Un día para reciclar, para donar, para borrar, para soltar… Como una acción de gracias y de despedida. Quizás así podríamos volvernos más ágiles, más simples y poder seguir dando volteretas con la vida sin hacernos mucho daño.
No estamos seguros de si las elecciones que hemos tomado de mantenernos pequeños, de reducir y simplificar procesos nos están permitiendo sobrevivir como empresa lo que sí estamos seguros es que nos hace más felices. Tenemos más tiempo para contemplar y pintar flores 😉
Agradezco y valoro mucho el feedback. Me gusta pensar, hablar y escribir pero más gusta leeros.
Un abrazo
PD: Sé que todos tenemos un plan, que todos queremos conseguirlo; pero también sé, que si aprendemos a renunciar de vez en cuando y escuchar los susurros de los momentos podemos llegar a lugares tan maravillosos que no podrían estar en ningún mapa 😉
“We cannot change anything unless we accept it. Condemnation does not liberate; it oppresses.” C.G. Jung, Modern Man in Search of a Soul